lunes, 3 de marzo de 2008

ECOTURISMO E INNOVACION EN LOS ANDES

Extraído de

Para mejorar sus medios de vida, los pobladores rurales andinos se han basado en el ingenio y la creatividad. Los productores campesinos e indígenas, junto con los agroindustriales, financistas, comerciantes y otros agentes económicos, han dado curso a innovaciones para ajustarse e insertarse con creatividad en la cambiante relación entre la naturaleza y los recursos naturales. Muchas de estas innovaciones responden a las nuevas demandas por bienes y servicios derivadas del aprovechamiento y manejo de la diversidad andina. Este es el caso del ecoturismo, concepto que describe la explotación responsable de ecosistemas frágiles a través de actividades de turismo, que apoyan la conservación del medio ambiente y que con la activa participación de actores locales mejoran el bienestar de las comunidades locales.
El ecoturismo, bien diseñado y manejado, es un negocio que puede impulsar el desarrollo sostenible de las comunidades rurales en los Andes. Capitaliza el deseo de los turistas en conocer la belleza de los Andes y aprender sobre la cultura andina a través de la interacción con los indígenas locales. Esta actividad proporciona una fuente de ingreso, le da un valor cultural a las prácticas culturales, genera educación y una motivación para la conservación del medio ambiente.
En palabras de la FAO: “El turismo (…) ha proporcionado ingresos adicionales a comunidades vulnerables y marginales, (…)se han conectado con el mundo gracias a las comunicaciones y transportes (…) Se ha convencido a los jóvenes para que se queden, en vez de sumarse al éxodo hacia las ciudades (…) [se] puede crear mercados para productos fabricados por los trabajadores y los productos locales (...) [y] los ingresos derivados del turismo en las montañas representan una fuente importante de divisas.”
Pero de igual manera el ecoturismo puede ser una amenaza para el ambiente y la gente local. Por ejemplo si las metas de desarrollo rural y la conservación no se hacen explícitas, una de ellas puede ser sacrificada en momentos problemáticos. Además, las habilidades de servicio y negocios necesarias para sostener una operación turística exitosa son escasas en muchas de las comunidades agrícolas. El flujo de turismo puede ser impredecible e inconsistente y es particularmente susceptible a factores externos como desastres naturales, crisis económicas y políticas. Finalmente, la cantidad de turistas sin manejo adecuado puede generar un impacto negativo en el ambiente (botar basura, erosión de caminos), en la experiencia turística y en la cultura acelerando el proceso de imperialismo cultural e interrumpiendo las estructuras sociales tradicionales (Schaller, 1998).
La FAO advierte que “la expansión turística puede causar un gran daño visual al paisaje y puede trastornar la vida tradicional y las culturas locales. La expansión turística trastoca el orden natural de los ecosistemas, y las montañas -donde está la mayor concentración de biodiversidad- son uno de los entornos más delicados. La formación de una infraestructura turística suele llevar aparejada la destrucción de tramos de bosque, la instalación de torres de conducción eléctrica y la construcción de caminos y túneles.”

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